"El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio". Así termina un libro maravilloso de Ítalo Calvino llamado Las ciudades invisibles. De esto se trata, precisamente, pensar históricamente: de aprender a reconocer.

martes, 9 de agosto de 2011

Creer o no creer

Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
-Yo no -respondió el otro- ¿Y usted?
-Yo sí -dijo el primero y desapareció.
George Frost: Memorabilia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario